¿Por qué festejamos la Navidad?

fondo-arbol-de-navidad¿Por qué festejamos la Navidad? Se acerca una de las fechas más importantes del calendario mundial, una fiesta que ha ido tomando lo mejor de varias culturas. ¿De donde vienen los símbolos de la Navidad? ¿Y los manjares de la mesa de Nochebuena? ¿Quién fue San Nicolás? Estas son algunas de las preguntas que intentaremos responder para que en estas Navidades puedas saber algo más acerca de esta celebración, una de las más bonitas y esperadas del año.
¿Por qué festejamos la Navidad? Una pregunta que muchos saben responder… pero a medias. ¿Cuáles fueron sus verdaderos comienzos? En principio es una fiesta cristiana, aunque muchas personas no creyentes se acoplen al festejo y quieran compartir el espíritu navideño.
Para empezar, el 25 de diciembre se festeja la Navidad, palabra que viene de la latina Nativitas que significa nacimiento. De hecho lo que se conmemora es el nacimiento de Jesucristo en Belén. Este acontecimiento aparece en los evangelios de San Mateo y San Lucas, sin embargo en ninguno de los evangelios se menciona la fecha del 25 de diciembre, y no fue hasta el año 345 que se instauró el 25 de diciembre como el día oficial de esta celebración religiosa. En la época en que se eligió la fecha, la Iglesia solía adaptar los festejos paganos al calendario cristiano. De esta manera, se cree que el día de la Navidad tiene sus orígenes en las fiestas del Saturnal romano, que se llevaban a cavo el 19 de diciembre en honor a Saturno, dios de la agricultura. Estas celebraciones distaban mucho de las actuales navidades: el festejo duraba una semana en la que se daban todo tipo de banquetes, espectáculos y reuniones más parecidas a un carnaval que a la tierna Navidad de hoy en día.

El 25 de diciembre es también una fecha muy cercana al solsticio de invierno, la noche más larga del año, y un día muy importante en los calendarios de varias culturas, desde la maya hasta la celta. Coincidiendo con este día, en el norte europeo existía una fiesta invernal llamada Yule. En el Yule se invocaban a los dioses para conseguir que el sol no deje de alumbrar en estas fechas tan frías.

¿De dónde vienen los símbolos de la Navidad?
Rastreando las costumbres navideñas actuales, llegamos a la Edad Media donde la Navidad ya estaba instaurada y era festejada por los creyentes cristianos. En esta época nacen los villancicos, que eran canciones en honor a Jesucristo y su nacimiento. Pero la Navidad pareció tener una vida en 1552, cuando los puritanos de Gran Bretaña prohibieron la Navidad debido a los grandes banquetes y fiestas que se consideraban de baja moral. Luego de más de un siglo, en 1660, el rey Carlos II reinstauró la Navidad, pero los rituales desaparecieron hasta la época victoriana.

Nada se parecía en esos entonces la Navidad a lo que conocemos en la actualidad. La verdadera Navidad, la de nuestros días, tiene sus orígenes en el siglo XIX. Fue en esa época cuando se popularizó uno de los máximos símbolos de este festejo: el árbol de Navidad. Nacido en tierras germanas, el decorado árbol se extendió por toda Europa y la América colonizada. Fue también en esos días que se recuperaron los olvidados villancicos y se compusieron muchos menos. En la época de la Revolución Industrial el fenómeno navideño se hizo masivo y se popularizaron las tarjetas de Navidad, con dibujos alegóricos de ángeles, árboles y otros símbolos festivos que se enviaban por correo a los seres queridos.

La mesa de Nochebuena

Aunque a algunos les avergüence reconocerlo, una de las cosas más esperadas de la Navidad son los grandes banquetes, esas comidas en las que uno puede disfrutar de sus platos preferidos. El origen de estas grandes cenas es sin duda europeo, y viene desde los comienzos de la Navidad. Pero el diciembre europeo es sumamente frío por lo que no es difícil deducir que la mayor cantidad de los platos que se preparan para estas vísperas sea caliente. Sin embargo, el plato principal, el pavo navideño, parece haberse originado muy lejos de Europa. Se cree que el pavo de Nochebuena tuvo su origen en México en el S. XVI. Los aztecas se lo habían hecho probar al conquistador Hernán Cortés, a quien le agradó y lo llevó a España.
¿Quién puede olvidar las maravillosas frutas abrillantadas que adornan la mesa navideña? El origen de estas delicias proviene de la tierra natal de Hernán Cortés: España. Fue allí donde se empezaron a cubrir las frutas con un preparado de azúcar, y no era precisamente para endulzarlas, sino más bien para disimular el mal estado de las frutas que en esa época eran difíciles de conservar. Otro ingrediente de la mesa navideña nacido en España es el turrón. En todo el mundo se diferencia el turrón normal del español por su sabor especial, pero no fueron los españoles los inventores de esta golosino, se cree que fueron los árabes, radicados en España, quienes lo fabricaron al comenzar el S. XVII.

Santa Claus, el rey de la Navidad

Muy separado de la conmemoración del nacimiento de Jesucristo, Santa Claus no tiene nada que ver con ese día: no era tío de Jesucristo, ni le llevó regalos el día que nación, esos fueron los Reyes Magos. Santa Claus es un invento de nuestros días.

Conocido también como Papá Noel, San Nicolás o simplemente Santa, este viejo de barba blanca y ropas rojas fue un santo muy popular llamado San Nicolás de Bari, pero su nombre evolucionó del santo alemán San Nikolaus. Se cree que falleció el 6 de diciembre del año 345 y como la fecha era muy cercana a la de la Navidad, se corrió el día y todos quedaron contentos.
¿Y quién fue este señor que reparte juguetes a los niños en la Nochebuena? Según San Metodio, Arzobispo de Constantinopla, San Nicolás había nacido en Licia, Turquía, y provenía de familia muy rica. Llegó a ser una persona muy respetada y querida, principalmente por sus desinteresadas obras de caridad ya que desde muy niño ayudaba a los pobres, repartiendo sus riquezas.

San Nicolás se dedicó a la religión y fue nombrado obispo, en Mira (Turquía). Por ese motivo se lo conoce en oriente como San Nicolás de Mira, pero cuando Turquía fue invadida por los mahometanos, algunos católicos llevaron el santo a Bari (Italia) en 1807.

En Holanda el hombre de la barba blanca también era un personaje muy importante y celebrado en el folklore local. Se lo conocía como Sinterklaas, y era un santo cuya festividad se celebraba en Holanda entre el 5 y el 6 de diciembre. Esta costumbre fue llevada a Estados Unidos a mediados del siglo XVII por los inmigrantes holandeses. Fue allí que el nombre de Sinterklaas se cambió por Santa Clausgracias al escritor Washington Irving que en 1809 lo incluyó como personaje en su sátira, Historia de Nueva York. Ya tenían el nombre, lo que faltaba era la apariencia, y en 1863 el dibujante Thomas Nast fue el responsable de darle la imagen de gordo bonachón con la que hoy se lo conoce. Allí adquirió su vestimenta roja, con altas botas y gorra. Su éxito fue tan arrollador, que pronto se lo vio en cuanta revista infantil se publicaba por ese tiempo. Se cree que su creador se basó en las vestimentas europeas de su época para crear a este San Nicolás tan pagano, que nada tiene que ver con San Nicolás de Mira.
A mediados del siglo XIX, el Santa Claus americano pasó a Inglaterra y de allí a Francia, donde se fundió con Bonhomme Noël, el origen de nuestro Papá Noel, quien tenía parecido físico con Santa Claus, pero vestía de blanco con vivos dorados. Sin embargo, allí no termina la historia. Y el mito es cierto ¿Qué tiene que ver la empresa Coca-Cola con Papá Noel? Bueno, en el siglo XX, Coca-Cola encargó al pintor Habdon Sundblom que remodelara la figura de Papá Noel para hacerlo más humano y creíble. Con esta nueva imagen, la empresa no tardó en incorporar a nuestro personaje en los embases de bebidas, tarjetas, publicidades y todo de productos.

Papá Noel es muy importante en estas fechas y aunque no se vincule directamente con el nacimiento de Jesucristo, su imagen nos recuerda que las buenas acciones son posibles y que nunca es tarde para ayudar a los que lo necesitan, y ellos, principalmente, son los niños. Agradezcan a Papá Noel los regalos recibidos en la infancia y ¿Por qué no? Los que siguen recibiendo. Es gracias a este hombre, gordo o no, barbudo o no, que todas las navidades tienen ese encanto infantil y el sabor de la nostalgia.

Agradezcamos también a los árabes el turrón, a los aztecas el pavo, a los alemanes el árbol y a los españoles las frutas abrillantadas. ¿Y el pan dulce? Se cree que fue inventado en Italia, en el castillo del duque Ludovico Sforza… ¿Faltan pruebas para asegurar que la Navidad es de todos? Feliz Navidad.

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